miércoles, 11 de noviembre de 2009

purgatorio


Betiana Tkaczyk

11 de noviembre de 2009


Se me han ido mil poemas.
Desde entonces he sentido vacía
la resignación.


He aquí la espera,
mientras lo que sucede
no tiene acontecimiento. 

sábado, 31 de octubre de 2009

insolencia


Betiana Tkaczyk
31 de octubre de 2009
Quisiera ser tan formal como para querer al viento, aunque se deshaga después de mi peinado.

mala prensa

Betiana Tkaczyk
31 de octubre de 2009

Me gustan las libélulas
porque no mueren en un día,
porque son transparentes,
porque andan siempre de a dos,
porque son torpes,
por su sonoridad,
porque vuelan en cualquier altura.
Pero por sobre todas las cosas
me gustan las libélulas,
porque sólo se dejan ver
unos instantes antes
de una imperiosa tormenta;
aunque no gocen de la prensa
de una grácil mariposa.

domingo, 18 de octubre de 2009

Furna


Betiana Tkaczyk
18 de octubre de 2009

Furna tenía una psiquis redonda.
Nunca se sabía en qué momento estaba en pie,
ni tenía aristas, ni extremidades
y rebotaba en todos los conceptos rígidos.

Furna tenía una psiquis redonda.
Se mantenía quieta en una calle regular,
se deslizaba hacia atrás en las pendientes altas,
y bajaba ensimismada con las depresiones.

Sin embargo,
a Furna la atacó el verdadero pánico,
cuando envuelta en la desgracia
le dio por la avalancha.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

estímulos


Betiana Tkaczyk
9 de septiembre de 2009

Los girasoles no brincan como los fantasmas.
Los patos no brillan como las gargantillas.
La miel no cae como los versos.
Y las golondrinas no vuelan porque sí.

Supeditado al destino,
deberías saber,
por el suelo de tus vísceras,
cómo hace para volar una intención,
cómo hace para nadar una sonrisa,
cómo hace para girar el viento,

cuando ya no es necesario.

jueves, 13 de agosto de 2009

vende pájaro


Betiana Tkaczyk
13 de agosto de 2009

Analiza la distancia del vertebrado,
se refriega la cara.
No es por resignación el empeño de no mirar.
Sus ojos se están quemando.
Tiéntate tú.
Júzgala tú.
Clávale la distancia.
Desángrala y desángrate.
No tiene y no tienes más tiempo.
Sus sueños están siendo devorados.
Sus ojos se queman cada noche.
Y al despertar por la mañana,
un nuevo rizito suave, ondulante y cobrizo
dispone de sus cabellos.

La transformación es inmanente,
y la esencia un viaje de algún siglo.

La niña sin ojos vende pájaro.

viernes, 19 de junio de 2009

poder


Betiana Tkaczyk
19 de junio del 2009

Pollo trozado que cuesta más que, el mismo pollo, entero.