viernes, 29 de junio de 2012

Espejos

Betiana Tkaczyk
29 de junio 2012

Me extrañaban cada uno de sus rostros. Sus pupilas permanentemente dilatadas. Sus juegos tan predecibles. Sus cantos tan faltos de colores propios. Así fui yendo, de uno en uno, en sus entrañas. No podía ser tan obvio todo. Y sin embargo, viajándolos, no había más que eso. Sólo entrañas mojadas como las de cualquiera. Sólo olor ácido como el de cualquiera. Vivir cada vida y la de otros era para ellos un pequeño insulto. Un desafío a la conciencia innecesario. Orgullo es saberse entrañado en un solo cuerpo pasajero, dicen. Orgullo es estar fuera: en un libro, en una obra, en una película, en un tema, en un acto bien clarito, en algo que no te comprometa sobre todo, nisiquiera, con vos mismo. Orgullo es eso, estar ausente de todos tus posibles, caminar rápido, ser útil, serpentear ante toda pregunta posible el veneno de la falta de duda de estar vivo.Y este libro, el de las vidas que te sobran por vivir, mientras vas seguro, ¿dónde pensás dejarlo? ¿en manos de quién? Porque igualmente te estarán siguiendo todos tus posibles evitados. Puedo ver cada uno de ellos posados a sus lados. Puedo mostrárselos en espejos. Todos ellos, secundándolos, hambrientos. Porque si no eres un múltiple que revuelve sus propias entrañas, haciendo que tus posibles coman de tus propias vísceras, tus múltiples posibles se convierán en tus asesinos rentados. Revolverán las tripas de todos los que tengan a su paso sin discriminar, y pagarás bien caras, fuera del público, las cuentas. Estarás hambriento por la falta de ingesta, te sentirás orgulloso a pesar del hambre, pues el deseo de ocultarte se habrá consumado. Te habrás convertido solemne en mercancía. Habrá muchos iguales a tí, no te preocupes, te sentirás acompañado. Despedazarás tu cuerpo buscando señales de aprobación. ¿Y qué valor tiene la aceptación de los iguales? ¿podrás responder por ello cuando todo termine? 
Si eres de los que devora a otros, no te importará. 
Si eres de los que se devoran a sí mismos, tampoco te importará. 
Sin embargo, ahí afuera, nadie se salva de ser devorado, ya sea por sí mismo, por sus posibles evitados, o por las mismísimas bestias cuando llega el final.
La gran performance vital arruinó tu carne, mi carne, nuestra carne, la carne de toda nuestra especie. 
La gran fatalidad primaria no tiene vuelta atrás.

sábado, 23 de junio de 2012

Fundamentos maestros

Tony Stark
Junio de 2012


-Yo creería en Dios si fuera divertido, del mismo modo que, aunque sé que es un libro, me gusta creer que la isla de "La isla misteriosa" de Julio Verne, existe de verdad. Es más, me fui a buscar el globo terraqueo y la busqué, pero no está. Igualmente no le creo al globo terráqueo.-