sábado, 28 de julio de 2012

Escribo

Betiana Tkaczyk
28 de julio de 2012

Escribo con los cuentos contados
con las palabras difusas
con el estado ausente
del viento
del calor
de primavera.

Escribo con los cuentos contados
apenas
buscando entre los pastizales
las hojas caídas
en los límites
del tiempo.

Escribo con los cuentos contados
tantas veces
que me asusto
muero
revivo
y me vuelvo a asustar
de los cuentos contados.

Escribo.

lunes, 23 de julio de 2012

Landa perpetua

Betiana Tkaczyk
23 de julio de 2012


He vuelto a hablar
de los pájaros negros
de las fuentes no ligadas.
Pesares,
me voy de aquí
pues no me aqueja ninguna duda
no estoy en contra de nada
no acuso mil personalidades
no me duele un amor
no deseo una destreza
ni una riqueza.

Tan sólo soy la ausencia
la no palabra
el agua sin cristales
de los pájaros negros
de la tierra aún fecunda.

Y ni siquiera así,
landa perpetua,
soy muda.


jueves, 19 de julio de 2012

Acolchado

Betiana Tkaczyk
19 de Julio 2012

Quería las tramas,
las luciérnagas,
los follajes contra el sol.

Quería los libros de cuentos,
los colores pregnantes,
y que la lluvia me encuentre refugiada.

Quería las canciones,
las palabras,
y nunca levantarme temprano.

Hubo un largo tiempo de traslación,
y así y todo,
sigo queriendo las mismas cosas,
mientras tejo,
las tramas,
los colores,
el deseo de nunca levantarme temprano,
el sol a través del follaje,
y mi acolchado.

viernes, 13 de julio de 2012

Fieles


Adelaida creía en Dios.
Norma en el Amor.
Mirta en la tristeza.
Nicanor en los extraterrestres.
Jorge en la iluminación.
Favio en la humanidad.
Luis en el dinero.
Mario en la comunicación.
Dorio en la crueldad.
Flora en la bondad.
Nieves en sus afectos.
Pancho en su próxima vida.
Dora en los salvajes.

Cada uno estaba seguro de ser él o ella quien podía dar cuenta con sus hechos, sus creencias. Pero bastó que aparezcan pruebas de haberse comportado en sentido contrario, para que cada uno de ellos, reaccionara:

Adelaida se flageló de culpas.
Norma negó las pruebas.
Mirta se suicidó.
Nicanor se volvió loco.
Jorge se iluminó.
Favio mató.
Luis se rió.
Mario dio vueltas el discurso sin aceptar ni negar la demostración.
Dorio se sintió humano.
Flora mintió.
Nieves lloró.
Pancho se disculpó y siguió comportándose igual.
A Dora no le importó.

Así fue como cada uno demostró que, a pesar de las pruebas en contra, era fiel a sus creencias.
Sin embargo ninguno de ellos había sido verdadero, y todos fueron realistas.









sábado, 7 de julio de 2012

No veo la hora que todo termine

No veo la hora que todo termine, y no hablo de la muerte.
No veo la hora que todo termine, y no hablo de religión.
No veo la hora que todo termine, y no hablo de política.
No veo la hora que todo termine, y no hablo de poesía.
No veo la hora que todo termine, y no hablo de trabajo.
No veo la hora que todo termine, y no hablo de amor.
Simplemente no veo la hora que todo termine.
Porque empieza, si y sólo sí, todo termina.
Porque ronca nuestro tiempo envuelto en el tiempo.
Porque la conducta es cíclica.
Porque ciclo es mito.
Porque estamos vivos, a pesar de girar.
Porque girando no hay sorpresas.
No veo la hora que todo termine.