domingo, 12 de mayo de 2013

La foto

Betiana Tkaczyk
12 de mayo de 2013


Las fotos son como espacios vacíos, la de una casa pelada y sin terminar aún, por ej. La ví hoy, revolviendo papeles. 
Y en el medio crecen plantas, la gente tiene hijos, se rompe el calefón, se rompe el auto, se separan, se vende la casa, se juntan otros, se compran otra casa, se tienen otras fotos, se pierden las fotos, se sacan otras fotos, se junta uno, se separa uno, se vuelve a juntar, se sacan otras fotos... uff pará... respirá, respirá.
De golpe uno tiene amigos por cualquier lado, se va de viaje de casualidad, se queda acá, no tiene un mango, estudia, se droga, papa moscas, se vuelve a juntar, trabaja, pulula por casas diferentes, encuentra la suya, no la encuentra, no importa, se queda mirando el mundo, planta otra cosa, otro mundo, se asusta del mundo, se achica del mundo, no entiende el mundo, quiere estar en otro mundo, vuelve a su casa, uff pará... respirá respirá.
Se pelea con el administrador, va al supermercado, tiene un hijo o no lo tiene, tiene sobrinos, padres, hijos, abuelos, no tiene nada, se espanta, se apichona, va a terapia, le dan de alta en terapia, se mira, mira a otro, le da lo mismo, ve todo, no ve nada, se esfuma por un tiempo, no vale nada, todo de golpe tiene valor, todo de golpe es nada, uff pará, respirá, respirá.
Y después, entre aquella foto pelada de la casa por construir y su perfil, tiene un acotencimiento que, decime, ¿quién sabe cómo nombrar, cómo explicar, entre miles de posibles... y encima que, cualquier palabra, ante todo eso, no sea una reverenda pelotudez, y un acto imposible de evitar? Yo no lo sé.

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