Betiana Tkaczyk
14 de Abril 2012
Amarillo el
tinte atravesando los vidrios paredes. Celeste desde afuera. El mar, sonando.
El techo de madera, de universo recortado, cubriendo la gran casa de objetos. Siete
personas, tal vez ocho, tal vez más en otro espacio. Arriba el entrepiso, y la
visión panorámica. El estado mullido de puentes sensibles. Texturas de otro
tiempo, vueltas a emplear. Los más pequeños corriendo por el living. Suena el
timbre, ella sale a buscar. Tres amigos se abrazan en el porche. Ella mira el
horizonte, está calmo, está tieso, está noble como el audio que no tiene
párpados. Sobre él, amarillo tinte, atravesando lo invisible. Y el techo, y el techo, y el techo.
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