Betiana Tkaczyk
7 de abril de 2012
Partió
rumbo a la puerta con las sandalias descalzas,
figuró su
talle en el espejo retrovisor,
amplió los
detalles del brillito de su boca,
y así,
arrancó.
El semáforo
en rojo debajo de un árbol,
por suerte
la lluvia sin color,
al instante
piedritas azotando el taxi,
y las
bocinas nefastas de un conductor.
Qué pensaría
el tiempo si fuera visible,
señor.
Los
párpados abrieron su puerta,
el brillito
se le salió,
se cayeron
los árboles de la cuadra,
el agua de
las alcantarillas rebalsó.
El techo
tenía coraje,
a la mañana
salió el sol,
la casa
estaba inundada,
las botas
de goma en un rincón.
Qué pensaría
el tiempo si viera el arcoiris,
señor.
Me gusto mucho, genial!
ResponderEliminarGracias, Marcos! :)
ResponderEliminar